El cerebro es una maravillosa herramienta de memorización. Funciona un poco como un músculo: cuanto más lo usamos, más recursos tiene. El inconveniente es que no recuerda todo lo que ha hecho, visto o aprendido. Por suerte, existen trucos para podernos acordar de lo más importante, y estos son de gran ayuda cuando estudiamos idiomas. En función de lo que hacemos, trabajamos la memorización activa o pasiva. ¿Pero cuál es la diferencia entre las dos y cuál es la más eficaz? Vamos a verlo.

Memorización activa y pasiva

Memorización activa y pasiva: ¿qué son?

Las neuronas juegan un papel muy importante, tanto en la memorización activa como en la pasiva. ¿Sabías que las neuronas se forman cuando el bebé todavía está en el vientre de la madre?

Después, continuan formándose hasta una edad muy avanzada (según un estudio llevado a cabo en la universidad de Madrid en 2019*).

A medida que vamos aprendiendo, viendo cosas y reteniendo información, nuestras neuronas crean relaciones entre ellas. Estas relaciones les permiten retener y reutilizar más fácilmente cierta información.

Dicho de otro modo, cuanto más trabajes el vocabulario y su uso en un contexto (hablar con alguien, jugar con las palabras, ver una película, escuchar la radio…), más relaciones crearás y más fácil te será acordarte de todo. Y lo mismo al contrario, cuanto menos uses las palabras que has aprendido, más rápidamente te olvidarás de ellas.

Memorización pasiva

Imagina que lees un artículo sobre la migración de las ballenas. Una vez terminada la lectura, recordarás exactamente de qué va el artículo. Sin embargo, si dos semanas más tarde, alguien te pregunta sobre ciertas cifras o ideas principales del texto, hay bastantes probabilidades de que te hayas olvidado de casi todo.

La memorización pasiva hace referencia al aprendizaje mediante la lectura o la escucha. Con ella, retienes la información sin necesidad de usarla. En general, es lo que retienes a corto plazo.

Así, el vocabulario que aprendas escuchando un podcast, por ejemplo, si no lo revisas o vuelves a escuchar, solo lo retendrás en tu memoria un día o dos. Después de estos dos días, desaparecerá de tu memoria porque el cerebro, al considerarlo obsoleto e inútil, lo rechazará.

Memorización activa

La memorización activa, tal y como indica su nombre, implica una acción.

Trabajar la memoria activa significa jugar un papel activo en aquello que aprendemos. Hay un trabajo de investigación, aunque sea de forma inconsciente. Por ejemplo, usas la memoria activa cuando practicas delante de un espejo o cuando hablas con un compañero en un intercambio lingüístico.

En estas situaciones estás usando algo que has aprendido e, inconscientemente, estás respondiendo a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué he aprendido?
  • ¿Qué significa esto?
  • ¿Cuándo se usa esta palabra, conjugación o expresión?

¿Cuál es la diferencia entre la memoria activa y la pasiva?

Fijémonos en la pirámide conocida como «el cono del aprendizaje» de Edgar Dale, un referente en materia de aprendizaje.

Los recuerdos que creas a menudo quedan grabados en tu cerebro gracias a tu memoria activa, al igual que las automatizaciones que creas. Para estas últimas, es necesario trabajar y practicar con regularidad y a menudo.

Leer varias veces seguidas, subrayar o simplemente escuchar son métodos que funcionan mejor a corto plazo.

Pero son métodos que dan malos resultados a largo plazo. Peter C. Brown, autor de «Make It Stick!» («Apréndetelo» en español), un libro sobre estrategias de aprendizaje, afirma que olvidamos rápidamente el 70% de lo que oímos o leemos. Varios estudios* realizados en Estados Unidos en el año 2010 han demostrado, también, que la memorización activa (a base de preguntas/respuestas) es más eficaz.

¿Por qué la memorización activa es más eficaz?

Se llevó a cabo un estudio sobre la memorización en particular en 2011*. Los investigadores dividieron a los estudiantes en 4 grupos:

  • El primer grupo recibió instrucciones de leer un texto solo una vez
  • El segundo tenía que leer el mismo artículo 4 veces seguidas
  • El tercer grupo debía leerlo una vez y después crear un mapa mental
  • El cuarto tenía que leer el texto una vez y memorizar toda la información que pudiera

Los resultados demostraron que, no solamente el cuarto grupo se acordaba mejor de las ideas principales del texto, sino que este grupo recordaba también detalles menores. Este estudio pone de manifiesto que hacerse preguntas para acordarse de algo (es decir, ponerse a prueba uno mismo) es más eficaz que releer un texto varias veces.

Esto requiere de trabajo y es mucho más agotador, pero la retención de información es mucho mayor. Revisar ciertos conceptos permite anclar la información en la memoria, lo que aumenta la capacidad para recordar. Es más, si no puedes responder a una pregunta, sabes, en ese preciso instante, que tienes que revisar o volver a aprenderte esta información en particular.

Aprende gracias a las flashcards

Existe un muy buen método para aprender a largo plazo: las flashcards. Son tarjetas que tienen una pregunta en un lado y la respuesta en el otro. No tener la respuesta delante te obliga a reflexionar y a tener que buscar la información en tu memoria.

De este modo, aprendes mucho más eficazmente que si usaras la memoria pasiva, incluso los conceptos más difíciles. Además, puedes organizar las tarjetas según quieras revisarlas «pronto» (si no dominas el vocabulario) o «más adelante» (si lo sabes bien).

Nuestras aplicaciones MosaLingua usan, justamente, este sistema de flashcards. Dicho sistema, una vez te ha dicho si tu respuesta es correcta o no, te propone determinar tu nivel de conocimiento de vocabulario.

Aquí, puedes elegir entre «Perfecto» si lo sabes todo al dedillo, «Bien», «Normal» o «Adiós» si no has sabido nada de nada. En función de tus respuestas, la aplicación te permitirá revisar «pronto» o «más adelante», además de permitirte clasificar el vocabulario aprendido.

Revisa gracias al sistema de repetición por espacios (SRS)

La memorización activa está basada en el sistema de repetición por espacios (o SRS), el cual permite repasar eficazmente y anclar el vocabulario en la memoria a largo plazo.

Las aplicaciones que usan este sistema, como las nuestras en MosaLingua, diseñan un plan de revisión o estudio según los conocimientos que se tengan en el momento del visionado de las tarjetas de vocabulario.

La ventaja de este sistema reside en el hecho de que es riguroso y que hace que aprender resulte muy fácil.

Cuando aprendas, no dudes en jugar con las palabras y en usarlas en distintas situaciones. Varia las actividades y, sobre todo, ¡diviértete!

A pesar de que la memorización activa sea más eficaz, la memorización pasiva es un muy buen complemento. Además, para dar un empujón a tu memoria, piensa en adoptar o desarrollar unos buenos hábitos alimentarios y un modo de vida saludable.

*Fuentes : estudio realizado en 2019estudio realizado en 2011 / estudio realizado en 2010 / estudio realizado en 2013