Hoy te vamos a explicar cómo utilizar dos principios de la psicología para aprender idiomas y cómo el miedo a quedar mal puede ayudarte a aprender un idioma. ¿Tienes curiosidad? ¡Pues sígue leyendo! También puedes ver el vídeo que hay al final para aprender un idioma gracias a estos principios.

principios de la psicologia para aprender idiomas

 

2 principios de la psicología para aprender idiomas

Imaginemos que hay 3 amigos que quieren aprender un idioma, por ejemplo, el español.

Jack, Rebecca y Kevin parecen estar muy motivados, pero cuando empiezan, cada uno se pone sus propias metas de forma diferente. Rebecca toma su diario y escribe su objetivo. Jack lo escribe, pero también hace una publicación en Facebook y Twitter para compartir su meta con otras personas. Kevin se queda con el proyecto para sí mismo, no lo cuenta a nadie.

Avancemos rápido y veamos qué sucede tras las primeras 4 semanas: Kevin ha decidido dejarlo. Estaba bastante motivado al principio pero luego la vida se interpuso y perdió su motivación inicial. Por otro lado, Rebecca y Jack van por buen camino.

Siguen estudiando todos los días a pesar de los altibajos por los que pasa su motivación. Ambos tuvieron la tentación de dejarlo un par de veces, pero decidieron seguir con su objetivo.

Y ahora averigüemos por qué ha pasado todo esto.

Principio #1: El poder del compromiso público

Cuando anotó su objetivo, Rebecca se comprometió en serio consigo misma, así que dejarlo habría sido como traicionarse a sí misma. Podemos ver aquí, en acción, lo que Robert Cialdini llama «ser consecuente».

A todos nos gusta ser consecuentes con las cosas que hemos dicho o hecho en el pasado. Entonces, si nos dijéramos a nosotros mismos que vamos a aprender un idioma, dolería muchísimo reconocer una falta de consecuencia o abandono.

Este principio es aún más poderoso cuando necesitamos demostrar a los demás que somos consecuentes. Ese es el caso de Jack, que no solo se comprometió consigo mismo sino también con algunos de sus amigos, compañeros y familiares publicando su objetivo en las redes sociales.

Jack no puede dejarlo ahora a causa de dicha publicación. En otras palabras, Jack no quiere fallar a nadie y de alguna manera está obligado a seguir. De hecho, esta motivación extra ayudará a Jack a ir más allá y cumplir con su compromiso más tiempo que Rebecca, que ha decidido dejarlo pasados los 3 primeros meses.

Cuando algunos de sus amigos y colegas le preguntan cómo va su desafío de aprendizaje de idiomas, Jack no quiere mentir y quiere decir con confianza que ha aprendido mucho español y lo está haciendo muy bien. Sobre todo gracias a la maravillosa aplicación que está usando (MosaLingua, por supuesto).

Bromas aparte, estoy contando esta historia para mostrarte el poder del compromiso público. Este poder ha sido probado por muchos estudios, como en uno publicado en 2013 que comparaba los resultados de las personas que hacían públicos sus objetivos de perder peso y los que no lo hacían. Las personas que lo publicaron en Twitter perdieron más peso.

Sé que algunos estudios dicen exactamente lo contrario y recomiendan que la gente no comparta sus objetivos. Dicen que la gratificación social que se obtiene del simple hecho de compartir nuestras metas podría hacernos sentir que ya hemos conseguido algo, incluso antes de empezar. Pero, sinceramente, estoy convencido de que los principios que actúan cuando compartes tus compromisos son más poderosos y funcionan para la mayoría de las personas.

Un caso real: Nuestra profesora Abbe

Para que veas otro ejemplo, es exactamente lo que Abbe, nuestra profesora de inglés, hizo hace unas semanas. Publicó un vídeo en nuestro canal de YouTube para anunciar que iba a empezar un desafío de 30 días para tener una conversación básica en español. Miles de personas vieron su vídeo, así que Abbe no podía tirar la toalla, y este compromiso público la ayudó a lograr su objetivo. Si no me crees, mira su conversación con Mirari, nuestra profesora de español, en nuestro canal de YouTube.

Así que es hora de ponerse manos a la obra.

En primer lugar, escribe tu objetivo en algún lugar, en tu diario, bloc de notas u ordenador, por ejemplo. Intenta ponerte un objetivo realista y medible, pero tómatelo en serio. Después abre tus redes sociales favoritas y publica un mensaje para compartir tu objetivo.

Si no eres una persona de redes sociales, puedes mandar un email o mensaje a tus amigos o compañeros o simplemente contarles tus intenciones cuando los veas.

Incluso podrías preguntarles si quieren unirse a ti para incorporar otro poderoso truco de motivación: en lugar de estudiar por tu cuenta, encuentra un compañero para estudiar idiomas y apoyaos el uno al otro durante el camino.

Como decía Kelly McGonigal en el libro “Autocontrol”, la fuerza de voluntad es contagiosa, por lo que tener un compañero de estudio puede serte de gran ayuda.

Principio #2: Aversión a la pérdida

Vamos con el segundo de los principios de la psicología para aprender idiomas.

Además de hacer público tu compromiso, podrías aprovechar otro principio que se llama «aversión a la pérdida».

La web StickK puede ayudarte a convertir el miedo de perder algo que valoras en algo motivador.

Visita su web, añade tu desafío, y comprométete a pagar una especie de multa todos los días que no alcances tu objetivo. De esta forma, contarás con otra poderosa motivación para cumplir con tu palabra.

Y si no lo consigues, el dinero que hayas pagado se destinará a alguna causa solidaria, ¡por lo que de todos modos habrás hecho algo bueno!

Si te tomas en serio el aprendizaje de idiomas o si ya lo has dejado una vez en el pasado, hazte un favor y prueba estas técnicas. Verás lo bien que funciona.

A continuación, tienes el vídeo en el que Luca te explica detalladamente todo el contenido de este artículo:

 


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Esto es todo por hoy.

¡Cuídate y hasta la próxima!