Si quieres conocer la cuna de la cultura japonesa, no puedes dejar de visitar Kioto. La antigua capital alberga varios miles de templos y santuarios, palacios, suntuosos jardines zen, arquitectura y urbanismo únicos. Si estás aprendiendo japonés, te interesará descubrir todos los tesoros de la antigua ciudad imperial.
Visitar en Kioto: un importante sitio del patrimonio japonés
Kioto significa literalmente «ciudad capital» y se encuentra en la región de Kansai, en el corazón de la isla de Honshū. Es una de las ciudades más grandes del área metropolitana de Keihanshin. Reúne a Osaka-Kobe-Kyōto, el segundo centro económico de Japón. Es una ciudad muy dinámica, y sus actividades se concentran en el sector de la electrónica, el turismo y la artesanía tradicional, en particular el de la confección de kimonos.
Si Kioto es tan importante en lo que se refiere al patrimonio japonés es porque fue la capital imperial del país, bajo el nombre de Heian-kyō (“Capital de la paz y la tranquilidad”). En efecto, entre 794 y 1868, Kioto vivió los sucesivos reinados de los emperadores de Japón, cuya magnificencia de antaño sigue siendo palpable hoy en día.
Además, la ciudad de Kioto está, en comparación con otras ciudades importantes de Japón, particularmente bien conservada. Por un lado porque las autoridades nacionales han realizado constantes esfuerzos para preservar su patrimonio. Por otro lado, porque su ubicación geográfica la ha salvado de desastres naturales y humanos, como la Segunda Guerra Mundial.
Qué visitar Kioto, la ciudad de los mil templos
Los lugares de culto, los santuarios sintoístas y los templos budistas forman uno de los aspectos más atractivos a la hora de visitar Kioto. Actualmente hay alrededor de 1700 templos y 400 santuarios. Por lo tanto, sería imposible que pasaras por alto los templos y santuarios que pueblan la ciudad. Hoy quiero hablarte de tres de los más suntuosos.
Fushimi-Inari
Al sur de la ciudad se encuentra el santuario sintoísta de Fushimi-Inari, uno de los santuarios más impresionantes de Kioto y el más popular de Japón.
El Santuario Fushimi Inari fue construido en 1499. Es la sede de 30 000 santuarios que adoran a Inari, el dios del arroz.
Las miles de puertas torii bermellón lo hacen único y ofrecen a los visitantes un espectáculo colorido. En el santuario se venera al dios de la prosperidad y de las buenas cosechas. Los japoneses también acuden allí para pedir nacimientos, éxito académico y para rezar por la curación de enfermedades.
Kinkaku-ji, el pabellón de oro
Su nombre oficial es Rokuonji, y es una de las pagodas de Shôkoku-ji. Suele llamarse Kinkaku-ji, o «pabellón dorado», por su revestimiento dorado particularmente famoso.
El templo Kinkaku-ji es probablemente el más conocido de Kioto, si no de todo Japón. De hecho, se ha convertido en uno de los primeros tesoros nacionales. El 2 de julio de 1950, un monje que padecía demencia incendió el Pabellón Dorado por completo, algo de lo que habla Yukio Mishima en su novela «El Pabellón Dorado«.
Lo que se puede visitar ahora es, por lo tanto, una réplica, reconstruida de forma idéntica en el año 1955.
Ginkaku-ji, el pabellón de plata
Al este de la ciudad se encuentra el templo Ginkaku-ji, apodado el Pabellón de Plata. Fue erigido en 1482 por el shogun Ashikaga Yoshimasa para competir en Kinkaku-ji. La guerra civil que estalló puso en entredicho los proyectos iniciales, y el templo nunca se cubrió con pan de plata.
El templo de Ginkaku-ji se encuentra no lejos del punto de partida del camino de la filosofía, Tetsugaku-no-michi, que es una de las «visitas obligadas» de Kioto.
La ruta atraviesa Kioto de norte a sur, a lo largo de un pequeño canal bordeado de cerezos.
La gastronomía de Kioto
Kioto no solo es conocida por el esplendor de su tradición, sino también por su gastronomía. La ciudad de Kioto es conocida por el sabor refinado y delicado de sus platos gracias a sus especialidades locales, como el Kaiseki Ryori o el Wagashi.
Kaiseki Ryōri, la alta cocina japonesa
¿Alguna vez has oído hablar del Kaiseki Ryōri? Originaria de Kioto, la cena Kaiseki tiene sus raíces en la ancestral ceremonia del té durante la cual se servían varios platos.
Esta comida tradicionalmente incluye los 5 sabores (agrio, salado, dulce, amargo y umami), 5 colores (cuyo tono lo dan las verduras; la naturaleza está muy presente en cada plato), y se utilizan las 5 técnicas de cocción (al vapor, hervido, marinado, a la plancha y frito).
Además, los ingredientes utilizados deben reflejar la temporada para deleitar nuestros 5 sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto).
En una comida Kaiseki, por lo tanto, se hace hincapié en la estacionalidad y la frescura de los productos. Cada plato es único y está diseñado para elevar el plato pero también para vincularlo, por color, olor o sabor, a la estación de la que proviene.
Más que una comida, la cena Kaiseki es una experiencia en sí misma. La comida dura unas dos horas y se sirve en un salón privado. Dependiendo de dónde y cuándo lo pruebes, será diferente. Estas son las posadas tradicionales tipo Ryokan que ofrecen degustación de Kaiseki Ryōri. La experiencia es relativamente cara -alrededor de 150 euros- pero realmente merece la pena.
La artesanía de Kioto
Finalmente, si vas a Kioto, podrás admirar una gran variedad de artesanía local y llevarte algunos recuerdos.
Confección de kimonos, abanicos, máscaras de teatro Nō… La ciudad alberga una artesanía que te sorprenderá con la delicadeza de su confección.
De hecho, la ciudad es famosa por sus numerosos oficios tradicionales. Por ejemplo, allí se elabora el sensu, un delicado abanico plegable que data de principios del período Heian (año 794).
También encontrarás artículos hechos de chirimen, una tela de seda de superficie rugosa que se ha utilizado durante mucho tiempo para tejer kimonos japoneses. Los verás en todas las tiendas de recuerdos ubicadas cerca de las atracciones turísticas.
Para profundizar más
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